Los influenciadores o «influencers» han sido aliados importantes de las empresas, cuando de estrategias en redes sociales se trata. Sin embargo, se ha cuestionado el papel que cumplen o juegan en momentos críticos para la sociedad.
Para ser influenciador, instagramer, youtuber o tiktoker, se requiere tener credibilidad, experiencia y generar alcance con los contenidos que publicas. Adicionalmente, enfocarse en un tema o área en particular.
Es importante resaltar que, un influenciador no es el que tiene más seguidores; sino, el que genera mayor impacto con sus contenidos, logrando participación e interacción alrededor del contenido que publica. Dentro del mercado, encontramos: megainfluencers o celebrities, macroinfluencers o referentes de temas específicos, nanoinfluencers o personas con comunidades pequeñas de usuarios, pero con público fiel.
Según Fluvip, en Colombia el mercado mueve cerca de 15 millones de dólares al año, contando todas las redes sociales y cuando se elige un influencer para realizar una campaña, se tienen en cuenta aspectos como: nivel de engagement, de interacción con los contenidos publicados, lenguaje en que habla a su audiencia y el tamaño de su comunidad.
Pospandemia, los influencers han tenido que replantear o dar un giro a su estrategia de contenidos; por ejemplo, aquellos que estaban aliados con marcas de moda y donde predominaban imágenes relacionadas con la pandemia, optaron por publicar otro tipo de contenido. No se puede negar, que influenciadores vinculados con el humor, el entretenimiento y los videojuegos cosecharon en tiempos de crisis.
No obstante, con la llegada de los influencers «virtuales» las marcas ya los están considerando como parte de su estrategia. No solo porque no tienen un pasado, mantienen su juventud y pueden ser utilizadas de acuerdo a necesidades de cada marca. Algunos ejemplos de este tipo de influencers: Lil Miquela, personaje ficticio de 19 años creado en 2016, modelo y cantante con millones de seguidores en Instagram y con su propio canal en youtube. Lu do Magalu, influencer de Brasil creada en 2003 y mejorada con el tiempo y las TIC, hasta el momento la de mayores seguidores y Ana, influencer Sur Coreana quien acaba de abrir su propio canal en Yotube este 2022.
En Latinoamérica y en lo que respecta a influencer virtuales, encontramos a la mexicana Mar.ia y ahora recién acaba de nacer en Colombia, la influencer Eva; quien se describe como community manager, fue desarrollada a partir del prototipo de mujer predominante en este lado del mundo.
Si consideramos, el aumento en consumo de plataformas digitales, redes sociales, descargas de aplicaciones y el tiempo dedicado al móvil, que de acuerdo con Rebold (2020), se incrementó en pandemia: consumo de videos streaming en un 50% y el uso de redes sociales 45%+, evidenciando una oportunidad para los influenciadores virtuales y las marcas.
Ahora bien, según el informe de KMB Creative Network 2020, el 68% de los influencers con presencia en redes sociales (no virtuales), reconoce publicar contenido con mayor frecuencia desde la pandemia y el 91% confiesa que su contenido estuvo influenciado en mayor medida por el confinamiento.
Vale la pena mencionar que, las cifras reportadas por las influencers «virtuales» producto de las estrategias en redes sociales, continuará en aumento y seguirán llegando más creaciones tecnológicas con características humanas. a favorecer las marcas.
Finalmente, la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) publicó la guía de buenas prácticas en la publicidad con influencers la puedes consultar aquí y con lo que se viene ¿tocará ir pensando en las regulaciones para las influencers virtuales?
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