Las empresas como tal, deben ser conscientes de los efectos, que tienen los productos en la sociedad y en el medio ambiente, por no decir del impacto de la marca en los usuarios y no usuarios de estos.
Por ello, no solo se trata de cumplir la promesa, como lo dice el marketing; sino por lo demás, buscar incorporar estrategias y acciones, que conduzcan a mejorar la calidad de vida de las actuales, futuras generaciones y de aquellas que consumen o usan su producto(s) o servicio(s); lo que a su vez redundará, en beneficios a mediano y largo plazo para la marca y a mejores posibilidades de continuar en el mercado para la empresa.
Si bien, el producto o servicio, por sí solo debe suplir una necesidad, no debe llevar consigo una consigna de destrucción, sino una de construcción. Dicho de otra forma, la RS, no es algo pasajero que solo se debe vincular a la empresa, porque otros lo hacen o porque parece que está de moda… La RS, es una tendencia y una estrategia empresarial, que es importante vincular desde los diferentes departamentos de la empresa y lo más importante, desde su misión y visión, lo que mejora su visibilidad y el vínculo de la empresa y la marca(s) a ella.
En la actualidad se viene hablando de la creación de marcas conscientes, marcas que se preocupan por el impacto que causan sus actos y la creación de productos al planeta.
Lo anterior, repercute en beneficios para la empresa y sus productos; entre ellos el posicionamiento y una ventaja competitiva sostenible.
Ahora bien, las marcas pueden optar por cuatro (4) modelos que les permita ser social-mente responsables:
-El propósito social como narrativa de marca
-El objetivo social como núcleo de la marca.
-El objetivo social como forma de alcanzar los objetivos de negocio.
-El propósito social como legitimidad.
El modelo que escoja la empresa, para imprimirlo en la marca, debe ser una decisión a largo plazo, porque es aquí donde inicia el proceso de continuarlo con el tiempo.
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